Volver a hacer RADIO: de esta noche no pasa

Durante seis meses estuve entrenando para lo que serían los últimos 19 años: una pretemporada cuyo único ejercicio consistía en irse a dormir cada vez más temprano para poder llegar cuanto antes a levantarme en un horario… “decente”. Ponele.

El primer paso fue el más difícil: tratar de irse a la cama mientras todavía era de noche.

Una mierda.

En invierno la podía pilotear mejor que en verano, con sus días de larguísima claridad que arrancaba con el “efecto Polaroid” –así le decía Cerati al amanecer que te agarraba despierto- y después seguía levantando la apuesta del día anterior, o sea, más calor, más claridad y por más tiempo…

Durante años y años mi vida se había desarrollado un poco más de noche que de día. Y si el día resultaba muy largo, cuando caía la noche la agarraba del cuello y de la cola y la estiraba para alargarla un poco más.

¿Y por qué todo esto?

Por el mejor motivo que podía haber para alguien como yo: hacer radio a la mañana. Seis meses tardé en poder dormirme… temprano, ponele, para arrancar el día a una hora en la que yo creía que las calles todavía no estaban puestas. En serio; creo que “hasta que le cogí el tranquillo”, como dicen los españoles, pasaron cerca de 180 días.

20 años más tarde empiezo a cambiar los hábitos de nuevo por el mejor motivo que puede haber hoy para alguien como yo: hacer radio de noche.

Y me encuentro con que las cosas cambiaron bastante: ahora resulta que las 21 es un horario marginal, habiendo sido “prime time” (esto quiere decir horario central, no que es momento de usar un forro ¿eh?) durante toda la vida.

La tele aniquiló a la radio a esa hora y los internautas terminaron de rematarla.

Dicen.

Se verá.

En última instancia ésa será una realidad que preocupe a los que garpan todo.

Tal vez, sólo tal vez, ésa marginalidad comercial (porque de eso se trata cuando se emplea el término “marginal” en este contexto) pase también por lo que puedas ofrecer desde la radio a las 21.

Honestidad brutal: cuando en Rock & Pop se viene el cambio y yo decido permanecer, pedí dos horarios posibles para laburar: uno  fue el de las 18 (que en este 2012 va a ser toda una experiencia) y el otro el de las 21; ahí fue donde recibí miradas dudosas, gestos extraños y alguna cara de incredulidad. Y ahí fue donde me enteré esto del “horario marginal”.

Chupóme un huevo entonces y lo sigue haciendo ahora.

Volver a hacer Radio.

Radio. Así de simple. Radio de música que esperás, de música que ni te imaginás, de música que te lleva, te trae, te sube y te baja. Radio de gente que quiere estar conectada con lo que pasa afuera, con aquellos que están escuchando. Radio que se divierte escuchando a los que escuchan y que hace que, cuando los que escuchan tienen su oportunidad de hablar, no lo hagan sólo para mangar entradas. Radio que intenta conectarse con cada una de las células que componen la piel de la noche.

Porque no sé si dije que esto va a ser de noche.

Claro…

No sólo vuelvo a hacer Radio; vuelvo a hacer Radio de noche.

“El final es en donde partí”, diría el Chizo; hay mucho, muchísimo de eso.

Arrancaremos el 30 de enero, a las 21, junto con el arranque de la nuevo programación de Rock & Pop.

Arrancaremos con casi todo por hacerse y tomando febrero como una larga pista que nos da el tiempo suficiente para carretear y despegar en marzo con todas las condiciones dadas.

Me estoy yendo de vacaciones (Dios, cómo las necesito!!!) pero antes de rajar les adelanto lo poco que puedo o considero pertinente.

Ya dije de lunes a viernes. Ya dije de 21 a 0 hs. Ya dije R&P 95.9.

DE ESTA NOCHE NO PASA es el nombre y tiene mucho que ver con cosas que trataremos de que se definan antes de que la carroza se transforme en calabaza, los caballos en ratones y la Princesa Misteriosa en una indigente.

Digo “trataremos” porque pegada a mí y en igualdad de condiciones estará Maitena Aboitiz, una dama con la que tuve el placer de trabajar cuando apenas era una adolescente y que la vida transformó en mujer; alguien que será una caja de sorpresas, especialmente para algunos que suelen poner rótulos tempraneros basados en las pocas experiencias que pudieron conocer.

Aclarando: así como saben que yo he tenido un pasado de descontrol, toxicidad y jarana, saben que Maite sufrió el infierno de la 100 y tuvo que meter su rock en el freezer de su heladera para padecer otras cosas. “Chupe que es por trabajo”, decía la Coca Sarli y alguien pasaba un tema de Chayanne.

Radio, noche y Rock & Pop le van a permitir ser ella. Si quiere.

Y en el medio estamos trabajando en un montón de cosas; experimentos que saldrán bien y experimentos que nos explotarán en la cara, tomando distancia de la megahipersuper producción y tratando de retomar la idea de que primero está el fondo y después viene la forma.

Radio.

Hay gente sumándose de onda cuyos nombres ni puedo creer.

Hay más ideas que tiempo y posibilidades de meterlas todas.

Hay un montón de escombros que correr para empezar a edificar de nuevo.

Radio.

Radio de rock, encima.

Maitena vuelve a la Rock & Pop y yo… yo vuelvo a la Radio.

Y de noche.

Mamita… no me banco del embale que tengo.

Nos escuchamos a la vuelta, mis queridas Bestias.