viernes, 18 de noviembre de 2011

Mi novia de la tele


                Hace algunos días tuve la oportunidad de compartir un par de horas con Claudio Marciello (quien, si me preguntan, es uno de los tres mejores guitarristas de la Argentina) charlando, escuchando música, tocando la guitarra (él, gracias a Dios) y hablando boludeces varias de ésas que pueden conectar a dos tipos a los que les gusta el rock, las seis cuerdas, las buenas canciones, Pappo y Spinetta por igual y que –ah, claro- son de la misma generación. Uno o dos años para arriba o para abajo el uno del otro.
                Un gran tipo el Tano, de subirse al auto con una criolla que lleva a todas partes y terminar en el culo de la Argentina conociendo músicos de lugares que ni sabemos que existen, tocando con folkloristas de variadísimos pueblos originarios y de los otros.
                El guitarrista de Almafuerte, ni más ni menos.
                Pero este párrafo no es para él.
                Ocurre que en un momento nos encontramos hablando de cosas de la infancia, no sé por qué pintaron las minas, y los dos a la vez dijimos “Emma Peel”.
                “¡No te metas con mi novia!”, fue lo primero que se me ocurrió advertir.
                Un repaso veloz por algunos bancos de imágenes de Internet desasnaron a Lisardo (guitarrista de D-Mente y coequiper en proyectos raros) y a algún otro amigo que andaba por ahí que, por ser más pendejos, ni sabían de quién hablábamos.
                (Una cosita: para el Tano Emma Peel era una mujer increíble y su comentario fue “qué ganas de garcharla que tenía, Dios mío”. Yo, si la tenía que garchar, era porque quería que fuera la madre de mis hijos y garchar es un paso obligado para eso. Me quería casar con ella ¿entienden? Envejecer y morir a su lado. Ah, cierto… me olvidé de aclarar que el Tano y yo por ese entonces teníamos -2 arriba, 2 abajo- 10 años de edad.)
                Y tampoco ella era Emma Peel; Emma Peel era el nombre de su personaje en “The Avengers”, una serie inglesa de mediados de los ´60 creada por Brian Clemens que duró nueve o diez temporadas de las que sólo me importan la última en blanco y  negro y la primera a color porque fueron las únicas en las que ella apareció.
                El personaje debe haber tenido mucho –casi todo- que ver en ese enamoramiento infantil que se mantiene tantas décadas más tarde.
                Calentura en el caso del Tano.
                No tengo ganas de contarles de qué se trataba “The Avengers” y ni pienso recomendarla porque el humor brtánico, y más en épocas de guerra fría y psicodelia, cínico, delirado, agudo, absurdo, elegantísimo, no suele ser disfrutado todo el mundo.
                Sólo quería que conocieran a Diana Rigg, la actriz detrás del personaje.
                Hoy está viejita, parece. 
                Pero para mí no.
                Mírenla bien.
                Identifíquenla bien.
                Reconózcanla.
                Y no se metan con ella, que es mi novia.
                ¿Estamos?
                               

6 comentarios:

María elsa dijo...

DIOSA de mi infancia!!!!

Paute dijo...

Con ese acento hasta yo me casaba con ella.

GRAN serie. Por suerte, anda por ahí.

Anónimo dijo...

Recuerdo ese sentimiento de amarla jeje

Gabriel M. Garay dijo...

Mi serie favorita de todos los tiempos, compartiendo podio con programas (de comedia) como A Bit of Fry and Laurie y Monty Python's Flying Circus).
¡Y cuidado con seguir pretendiendo hacerte el noviecito de MI ESPOSA, farabute!

Javier D. dijo...

Che, yo también estaba enamorado de ella. Pero ya somos muchos para compartirla

Anónimo dijo...

Y yo le puse Ema a mi hija, así que yo si tengo derecho a reclamar porque nunca me la quite de la cabeza